Un concierto siempre puede ser un concierto, pero siempre, también, puede ser algo más

Depende de la banda, del escenario, del contexto, del público, y en el fondo de la obviedad, de cada uno de los que asista, ya que, manteniéndonos en el abismo de lo obvio, cada concierto siempre será, así como todas las cosas, un recuerdo más sujeto a la interpretación que se le dé. Y si están leyendo esto y no estuvieron ahí, les digo que se perdieron de ver a Café Tacuba gratis en Mejillones.

Más allá de las canciones que se tocaron, que tuvieron todos los hits que uno podría esperar de Café Tacuba y que muchos conocemos sin darnos cuenta desde hace 20 años, el recital de los mexicanos sin duda queda como una anécdota compartida entre un par de miles de personas.

El Baile y el Salón, Ingrata, El Ciclón, El Metro, Las Flores, Chilanga Banda, La Chica Banda y temas de Los Tres como Amor Violento y Déjate Caer (con coreografía del videoclip incluida), fueron parte de la lista que es bastante similar a un video de hace un mes que se puede encontrar en YouTube.

Sin embargo, aquí hubo mucho más que canciones, hubo viajes de muchos de los que asistieron y un evento imperdible para la juventud local.

De la parte que no fueron canciones, rescato el saludo “a la Tía Mar” del vocalista Rubén Albarrán durante el concierto realizado a 20 metros de las playas de Mejillones, su frase diciendo que la policía reprime porque no reciben amor – esto mientras hizo que el público se diera un abrazo con quienes tuvieran más cerca, la afirmación de que la elección presidencial en México fue un fraude y la reflexión sobre la veracidad de las fronteras y el concepto de país=territorio.

Eso fue. Eso y más. Mucho más.

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