¿Cómo es que durante tres días se puede desarrollar todo un universo paralelo, lleno de música y energía, en las 30 hectáreas de la hacienda Picarquín? En parte por el trabajo conjunto de la producción local junto a los realizadores del Mysteryland original de Holanda. Pero por otro lado, también está la magia misma del festival, una experiencia que se define por la sorpresa: nunca sabes qué te encontrarás en Mysteryland. Es el lugar par dar cabida a todas las fantasías posibles y donde además tienen cabida los artistas emergentes de todas partes del país.

Ese es el significado y objetivo del festival, que en esta ocasión ha preparado una experiencia visual fuera de todo lo presenciado anteriormente: se traen dos escenarios desde Holanda, llamados Búho y Medusa, que estarán en los escenarios principales, cada uno equipado con más de 200 luces.

El Búho es de madera, de 36 metros de ancho por 24 de largo (comparable con un edificio de ocho pisos), construido palo por palo en Holanda, cuyos ojos están hechos de pantallas LED.

Medusa, por su parte, mide 35 metros de ancho por 22 de alto (casi un edificio de 7 pisos). Su cara es inflable y el resto de madera.

Mención especial merece el show láser, desarrollado con 10 láser traídos de Holanda, para 12 escenarios, más de 200 focos robotizados y el sonido necesario para hacer tres Estadios Nacionales. Todo el festival está compuesto por más de 800 luces de distintos tipos. Las luces, los láser y la pirotecnia, más la música, es la que da a Mysteryland esa mezcla única de sensaciones.

Lo que hace Mysteryland es construir una ciudad dentro de su terreno. Para hacerlo, lo primero es tener su visión definida de traer entretención a la gente joven. Y a partir de eso, reflejar en la locación los valores de Mysteryland, como la libertad, la inspiración, la creatividad, el descubrir cosas. Posteriormente viene la parte cuantitativa, los servicios de acuerdo a la cantidad de personas, las reglas, la inclusión de todo lo que se da cita en este encuentro.

Es en total un año de preparación lo que toma producir semejante desafío, y un mes para montar todo en terreno. Son 15.000 carpas, cerca de 500 baños y duchas, 200.000 hectolitros de agua los que se consumen por parte de las casi 25 mil personas que se esperan para esos días.

Los stands incluyen merchandising, casilleros, informaciones, activaciones, comida, emergencias, minimarket, objetos perdidos, Cruz Roja, talleres, arte, deporte y recreación. Para este año, la gran novedad es potenciar el entrenamiento fuera de las horas de festival. Con ese objetivo se realizarán actividades desde la mañana hasta las 3 de la tarde, con escenarios sorpresa, bandas en vivo, zonas deportivas y un equipo recreacional muy activo.

En total, son cerca de 2.000 personas, entre creativos, artistas, técnicos y otros, son los que hacen posible que todo el andamiaje funcione.

Y vaya que funciona. Mysteryland ya va por su tercer año consecutivo en nuestro país, siendo parte de la historia al convertirse en el primer enclave intercontinental del festival, fuera de las fronteras de Holanda. Es por eso que goza también de una gran convocatoria internacional, que este año espera marcar un récord. Ha sido creciente el interés de los países de América Latina por ser parte de esta fiesta, a estas alturas una de las más importantes de todo el calendario de espectáculos en la región.

Entradas

El pase de fin de semana por tres  días tiene un precio de $75.000 y están disponibles exclusivamente a través del sistema Puntoticket en www.puntoticket.cl

Visita www.mysteryland.cl para más detalles.

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