El ambiente ya estaba listo, poco más de tres mil personas – todas con ganas de cantar y bailar – llegaron al Estadio Tierra de Campeones a ver un show que prometía, el denominado Máximo líder del reggaeton, Daddy Yankee, aterrizaba en nuestra ciudad con su camionada de éxitos, como parte de su gira alrededor de todo el orbe denominada Mundial.

El reloj de nuestro cerro marcaba poco más de las 21:30 y se apagaron las luces del escenario, una pequeña introducción le dio el paso a los primeros acordes de Descontrol, y el perreo intenso comenzó.

En casi 80 minutos de espectáculo, El boricua demostró en vivo y en directo, el por qué su nombre es sinónimo de estadios llenos y súper ventas de discos, durante todo el tiempo que duró su show, nadie pudo dejar de bailar y cantar, aunque hubieses querido descansar, era imposible no dejarse llevar por el ritmo, tal como dice una de sus canciones, El ritmo no perdona.

Un cancionero fluido y conocido fue lo que presentó el Big Boss, todas sus canciones – las clásicas y las recientes – fueron coreadas por todos los asistentes, esta fue la clara señal de que sus fanáticos en nuestro Iquique, son miles.

Pirotecnia, mucho baile – el cuerpo de baile espectacular –  lírica urbana y ritmo al por mayor, fue lo que presenció el público local, que al terminar el show estaba con ganas de seguir bailando.

El espectáculo presentado por el Jefe llenó todas las expectativas de la gente, y pese a que algunos al final dijeron que había durado muy poco, la verdad fue que aunque hubiese durado horas, por toda la adrenalina desencadenada, igual los fanáticos iban a seguir pidiendo más.

Daddy Yankee quedó contento con la respuesta de la gente, así lo hizo saber, estos últimos le hicieron notar con creces, que se encontraba en la Tierra de Campeones.


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