Por: P.A.G.

 

 

La primera vez que fui a CQC fue en el 2004; era la segunda temporada y la más exitosa de toda su historia en nuestra pantalla. El trío de animadores lo conformaban Pablo Mackenna, Nicolás Larraín y Felipe Bianchi. Ese era el CQC que todos amaban y odiaban a la vez, en ese tiempo, había acusaciones de homofobia por las reiteradas bromas al bailarín del programa Rojo, Nelson Mauri. Ese año era un programa más valiente, por asi decirlo, ya que ni el General (r) Juan Emilio Cheyre, que en ese entonces era el comandante en jefe del ejército se salvo de las bromas pesadas (un chapecito, siiiii).

De ese CQC del 2004 ya queda muy poco, el programa ha cambiado mucho, de hecho es casi irreconocible a como empezó, ya no hacen chistes después de cada “top five”, tampoco los panelistas/animadores tienen opinión y si la tienen, son chistes escolares buena onda, nada tan al hueso como era el estilo Bianchi que después lo tomo Mackenna.

Ahora están los periodistas Gonzalo Feito e Iván Guerrero en el panel, aparte de Nicolás Larrain, ellos son unos verdaderos “RockStars”, en los comerciales del programa tienen esa actitud (no pescan mucho); pero en lo que a opinión se refiere, tienen muy poco que aportar.

Por mail me contacte con Nicolás Larrain; “muestra este mail en la puerta” decía el mensaje virtual. Me tuve que dirigir a los estudios de MEGA (antes lo grababan en Churre Manzur), el frió me recordaba en cada momento que estaba en la capital, no hubo mayor problema para entrar, me pegaron al chaleco el numero 70; ¿y este numero? Pregunté.

– Es para el sorteo de los lentes; me dijo la persona de producción. 

Antes, el show de noticias era a las 22 horas, ahora empieza a las 23:30, cosas de horario dice el canoso conductor. El primero en entrar al set es Larraín, fiel a su estilo (mil palabras por minuto) alienta al público y deja en claro lo único que importa “esta cosa es televisión por lo tanto es todo falso, asi que después de cada chiste, aunque sea la w… más fome del mundo, se tienen que reír y hacer como que la están pasando la raja”. Antes esa indicación estaba demás ya que el trío original era bastante cómico, ahora cuesta un poquito más que salgan las sonrisas. El primer corte comercial sirve para que la gente del público (la mayoría adolescente “pelolais”) se saque fotos con los animadores.

Aproveche de acercarme a Larraín y conversamos un poco; le pregunte sobre que pensaba de la evolución (o involución) que ha tenido el programa. ”El programa ha cambiado, estamos claros en eso, pero igual siempre va a haber público, ya ves, esta lleno y si bien no tenemos la audiencia de otro años, nos mantenemos firme en la programación”; me dijo.

Una duda tenia guardada hace mucho tiempo, se trataba de que si a él le gustaba el estilo poco “al hueso” de los panelistas de ahora; “ese es el estilo de los dos, tenemos que respetárselos, aparte igual hacemos tallas pesadas, si no es tan asi”; me dijo.

Cuando le pregunte acerca de si el programa tenia fecha de vencimiento, fue claro “hay Caiga para rato, mientras los políticos sigan siendo unos cara de raja, ahí seguiremos”.

Me fui cerca de la 1 de la mañana pensando en que a veces es verdad eso de que todo tiempo pasado fue mejor. Los lentes negros me quedaron perfectos, otra vez. 

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