Cuando era niño me daba miedo el teatro

Debo haber tenido unos 8 años, un día sábado mi mamá me llevó a ver una obra al Veteranos del 79`, actuaba una amiga de ella, creo que era la primera vez que iba al teatro, el panorama era prometedor, estaban todos entusiasmados de ir y se había transformado en un encuentro familiar.

Estaba expectante, me habían contado que era una obra de humor y que me iba a entretener mucho. A los pocos minutos de comenzar, un personaje comienza a llorar y otro a gritar, recuerdo que nunca había sentido tanto miedo, lo único que quería era salir corriendo de ahí, sí, como un pequeño Bruce Wayne (sin la plata eso sí).

Sentí mucho miedo y mi mamá lo notó, rápidamente nos fuimos y nunca más me llevaron a ver una obra de teatro, al menos no de ese tipo. Ya en la enseñanza media, un día comenzaron a hablar en clases de la sala Veteranos del 79` y recordé ese momento, con humor conté la anécdota y traté de buscar una explicación, llegué a la conclusión que al no estar acostumbrado a los gritos y al llanto escandaloso a esa edad, mirar esa escena, aunque sabía que era actuada, me impactó muchísimo, o a lo mejor me mostraba una realidad que no quería ver pero que existía. Si bien quedó en una anécdota, el sentimiento de querer salir arrancando nunca se me olvidó.

Con los años me ha tocado ver muchas obras, algunas muy buenas y otras no tanto pero siempre he sido participe de disfrutar el teatro local sobre todo, ya que existen muy buenas compañías y actores y actrices con mucho talento, que aman lo que hacen y se nota.

El año pasado tuve la suerte de ver el ensayo general de Macbeth [o cómo descuartizar un pollo], obra de Compañía Teatro La Desierto, dirigida por Felipe Díaz-Olave, adaptación libre del clásico de Shakespeare Macbeth y que aborda a la sociedad de hoy a través del diálogo de un matrimonio sumergido en la vorágine consumista y disfuncional de nuestros días, la cual afecta a muchas personas.

En la obra se ven reflejadas muchas de las carencias sociales actuales, de la denominada clase media sobre todo, esa ambición desmedida por siempre querer más, la frustración de tener todo al alcance y no poder obtener nada debido a la miseria, pero la miseria humana, esa que siempre nos hace desear más de lo que tenemos sólo por un afán consumista y de figuración, esa sociedad que cuenta hasta los más mínimos detalles de su vida en las redes sociales buscando atención y queriendo reflejar un éxito que muchas veces existe sólo en sus mentes.

La obra es como un puñetazo en plena boca, genial de principio a fin, con un guión sobresaliente como nos tiene acostumbrados La Desierto, es 100% recomendable. Al finalizar, pude reconocer que un par de veces mientras la veía tuve esa sensación, como de querer salir arrancando de la sala, igual que cuando era niño, cuando me daba miedo el teatro.

Macbeth [o como descuartizar un pollo]

Nueva temporada

09-16-23 Nov. / 14-21-28 Dic.

Casa de la Cultura /20 hrs. / Aporte Voluntario.

Elenco: Gisella Villalobos y Felipe Díaz Olave

Equipo creativo: Valerie Cortez y Mauricio Andaur

Texto y dirección: Felipe Díaz Olave

Diseño: Teatro La Desierto

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