Me siento súper orgullosa de decirle a quién pregunte, que nací en esta linda ciudad, nacía’ y criá’ como dicen las abuelitas. Cada vez que he estado fuera de Iquique, extraño incluso el olor de las pesqueras.

A quién no le ha pasado que estando lejos canta con el alma nuestro Himno, para que todos sepan que Iquique es “el gran amor de nuestras vidas”; quien no añora los retazos de chumbeques del chino Koo, hacer playitas en Cavancha, los paseos a Chanavayita, los carretes en Huayquique o los ceviches de Los Verdes.

Pero, tristemente, he visto como esa gente que hace campaña diciendo tener corazón celeste, ha dejado en el olvido las reales bellezas que hacen de Iquique el destino turístico de chilenos y extranjeros ¿Vamos por parte?

Entiendo la necesidad de mejorar las veredas del centro de Iquique, pero las grandes mentes pensantes de nuestra ciudad no conocen la planificación, la organización. Que horrendo bajar al centro, que ya es una odisea, y encontrarse con la destrucción de la Plaza Condell (que hace muy poco fue restaurada), para dar paso a un estacionamiento subterráneo. A eso sumémosle los trabajos de las veredas de la Catedral y las de calle Patricio Lynch con Tarapacá. Si antes me costaba caminar con tacos por el centro, ahora es mucho peor, antes de salir de casa me encomiendo a los santos para caminar con estilo y no morir en el intento.

Y qué me dicen de la famosa pavimentación de la Avenida Arturo Prat… o sea obvio era re necesaria, pero ¿En verano? Con no sé cuántos miles de turistas ávidos de ir a disfrutar del mejor balneario de Chile, a las autoridades más avispadas del mundo se les ocurre renovar el asfalto de esta concurrida avenida, pero no sólo eso, sino que también dejaron el orden a criterio de los hábiles contratistas. Me imagino al jefe de la obra, levantándose en la mañana y luego del correspondiente rasqueteo al interior de sus boxers, pensaba “¿Qué parte pavimentaremos hoy?”, luego a ojos cerrados apuntaba el mapa. Porque no me explico la forma en que han elegido hacer las obras. Para peor, cuando se dieron cuenta que estaba quedando la crema, pescaron a la señora Intendenta (Que ni idea tenía de la mansaca) la pusieron en la mitad de los trabajos, que por lo demás también incluía renovar los adoquines, y le sacaron hartas fotos, súper lindas, y las mandaron a su periódico local, señalando que las obras terminarían mucho antes de lo presupuestado. Bueno, ya están terminadas, porque a la usanza de las autoridades regionales, la pega termina a la mitad. Porque si se fijan, sólo pavimentaron en un sentido y en varios sectores se nota el desnivel. Mil veces hubiese preferido que se preocuparan de los múltiples eventos que hay en las calles de mayor concurrencia a que hicieran el recarpeteo de la costanera.

Pero sin duda, el tema de la basura es lo que más me desagrada de la forma en que las autoridades quieren a Iquique. Será que soy tonta y no entendí que el nuevo contrato que incluía menos camiones que la empresa anterior es más eficiente, que pagarles menos a los trabajadores los haría trabajar con más ganas y que a la mayoría de los iquiqueños les encanta vivir en la mugre (?) Hipótesis de por qué la alcaldesa contrató con la nueva empresa hay para hacer un programa completo de farándula, si hasta la Patty Maldonado ha salido al baile. Pero si hay algo que le va a jugar en contra a la señorita en cuestión es que, una vez que estaba la tole tole con el tema de la basura, y estábamos al borde de una emergencia sanitaria, se optó por recoger la basura del barrio alto, dejando a los sectores emblemáticos llenarse y recontra llenarse de basura, malos olores y el riesgo inminente de enfermedades propias de un acopio anormal.

Y para qué vamos a hablar de las múltiples querellas que de a poco han salido a la luz pública, del tremendo fraude al fisco que quedo al descubierto a raíz del caso muebles, que hoy tiene a la ex intendenta con orden de detención pendiente, y a un montón de funcionarios públicos en el ojo del huracán. Hablar de aquello dejaría esta humilde columna en un tremendo testamento.

Personalmente creo que nuestra ciudad ahora más que nunca necesita fuerza joven que se destaque en la política, que tome las riendas del municipio y de una vez por todas cortemos el fraude, la corrupción, el robo y el abandono de nuestro querido Iquique. Candidatos sobran, sólo falta que nosotros, los jóvenes comencemos a movernos por levantar estos candidatos y dejemos de votar por los mismos de siempre.

Finalmente emplazo a estos nuevos rostros, a estas nuevas fuerzas a que de una vez por todas levanten la voz y comiencen a luchar por un mejor futuro para Iquique. Y a los dinosaurios de siempre, sólo me queda decirles que de una vez por todas miren el carnet y que den un paso al costado, ahora corresponde hacer de Iquique Una ciudad para querer.

Gracias.

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