Por Leslie Keith
Más allá del ícono, el público de Los Kjarkas se luce y hace brillar aún más a este emblemático exponente del folclor boliviano. Además de su talento musical, la heterogeneidad de sus fans da cuenta de melodías e historias que trascienden y en eso, también rompen las barreras etarias.
Este fin de semana recién pasado estuvieron de gira por el norte del país; Iquique, Arica y Calama. Entre el brinco de las sayas, tinkus y letras como las de Siempre he de adorarte, jóvenes y adultos se emocionaron, incluso hasta las lágrimas.
Así, más allá de las canciones que interpretaron, sin duda alguna la reacción de los públicos de Iquique y Arica que pudimos presenciar, evidencian el éxito de ambos conciertos. Al cierre del show en Iquique, los más fanáticos se agolparon bajo el escenario, grabando de cerca con sus celulares, animando la última canción. En tanto, en Arica, los sentimientos brotaron desde un comienzo muy claros desde la primera fila, coreando con fuerza, sacándose varias selfies con Los Kjarkas tocando atrás, hechos que implicaron incluso una pequeña intervención de los guardias.
En conclusión, un show de calidad, con un público que revivió recuerdos; algunos recordaron sus propias historias que acompañaron con sus canciones, a otros se les vinieron a la cabeza recuerdos de cuando eran niños, aquellos días en que en alguna ocasión en el living de la casa, su mamá estaba escuchando y tratando de cantar Ave de Cristal.
