Ni juntos, ni solos: No es necesario correr

La juventud es un tema recurrente en el cine y la literatura, sobre todo en la nacional; los diferentes enfoques que se le dan a este periodo que todas y todos hemos vivido, lleno de hormonas revoltosas, despertares a la realidad adulta, aciertos y desaciertos, han llenado salas de cine y hojas de libros. Sin duda es y será tema de análisis y creación por muchos años más.

Precisamente esta etapa de la vida es la que retrata Ni juntos, ni solos, opera prima de Elliot Morfi, cineasta iquiqueño que a través de este largometraje presenta los conflictos de una adolescente que está descubriendo el mundo con la carga de ser hija de padres separados y de que a sus 18 años está creciendo prácticamente sola.

La película sigue el desarrollo de Amparo (Amada Ceballos), quien junto a su mejor amiga Penélope (Javiera Miranda) y un grupo de jóvenes, capean la adolescencia, viviendo sus dramas y pasiones, sus impulsos y represiones; sobre todo la protagonista que entre sus temas, además está la disyuntiva de salir o no de Iquique para seguir estudiando terminando 4to medio.

Amanda es una deportista que se prepara para una gran carrera, como la vida misma, a eso debe sumarle que está conociendo el amor, su despertar sexual, lidiar con sus padres ausentes – sólo presentes gracias a la tecnología – pensar en su futuro, convivir con su amiga que por la disfuncionalidad de su propia familia, a veces toma el papel de hija rebelde. Todo a un ritmo acelerado.

Ni juntos, ni solos es un ejercicio cinematográfico que cumple su objetivo, entretener y adentrarnos en el mundo de adolescentes iquiqueños que están viviendo el presente. La historia tiene un sólido guión, a cargo de Camila Pizarro; la analogía de estar preparándose para una gran carrera está bien lograda, al igual que las actuaciones de los personajes principales; si bien faltó que la ciudad se convirtiera en un personaje más (opinión de iquiqueño), unos bellos planos y la utilización de música local, le hacen justicia a Iquique y su encanto. Es una película que en sus 70 minutos de metraje nos mantiene atentos a lo que pasará con Amanda, sus padres, la carrera y la suma de conflictos que debe resolver.

El largometraje ha tenido un recorrido festivalero digno de destacar, seleccionado en distintas instancias internacionales y ganador de variados premios como el work in progress «Viña Construye» del 28° Festival Internacional de cine de Viña del Mar Ficviña 2016 (Chile), además del premio de Post-Producción en el work in progress del 38º Festival Internacional del nuevo cine latinoamericano de la Habana 2016 (Cuba) y el premio de Post-Producción en el work in progress del 5º Festival Internacional de cine de La Serena Fecils 2019 (Chile).

Respecto a la producción, el largometraje presenta una calidad a la cual ya nos hemos acostumbrado a nivel local, cabe mencionar que parte de este equipo es el creador del Festival Internacional de Cine de Iquique, también de IqqLab y ha tenido un destacado reconocimiento por las creaciones cinematográficas que ha realizado. Ni juntos, ni solos es el claro ejemplo que se avanza a paso firme en la creación audiovisual de Tarapacá, apostando por el talento local y en lo que es capaz de hacer. Para seguir en esta senda es clave dar un paso a la vez. No es necesario correr.

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