Foto: rocknvivo.com
No iba con muchas expectativas al concierto de este cuarteto británico, que sin duda me gusta mucho, pero ese día 8 de mayo durante la mañana, un profesor me había dicho: ¿Vas a Duran Duran? ¡Pero si el vocalista ya ni canta!
Fue lo mejor que pudo decirme, porque presencié todo lo contrario…
Llegué y lo primero que vi en la entrada fue a un desesperado Sebastián Eyzaguirre (ex CQC) que como tantos, buscaba entradas para el show, las que estaban prácticamente agotadas
Al ingresar me instalé en el sector de prensa, un Caupolicán lleno, expectante…y que aplaudió cuando la organización dijo que no se podía fumar en el lugar. Sin embargo desde dónde yo estaba, se veía un par de puchos encendidos a pesar de la advertencia.
Salen al escenario con 25 minutos de retraso, primer tema, Before the rain, fue ahí cuando pensé “Mi profe está demente, Simón Le Bon conserva su gran voz”. Todos vestidos de negro excepto él, que usó chaqueta negra con franjas rojas y pantalón blanco, mientras que la corista Anna Ross lucía un bello vestido que parecía de escarcha.
Después de las tres primeras canciones Simón le habla al público y les recuerda la vez que vinieron en 1993, los fans gritan eufóricos, de seguro asistieron a ese concierto, cuando yo sólo tenía un año. Qué afortunada me sentía, viendo a un grupazo con enorme trayectoria y que se escuchaba como en sus mejores años.
Una de las cosas más notables fue la cercanía de la banda con el público, hubo un momento en que el vocalista se acerca a un joven de la primera fila que le comienza a decir: TE AMOOOOO (el fan in love), ya casi al final va donde otra fan llamada Madeleine, la afortunada se gana un beso de Simón. En la mitad del show, la gente le comienza a gritar el clásico (e inentendible para ellos) : Mijito rico, mijito rico lalalalalalala…
Pero mi momento favorito es sin duda cuando Le Bon dice: “The following is a love song” Todos saben cuál es, Ordinary world. No puedo negar que, según mi apreciación, fue la que salió más forzada en cuánto a afinación, pero pese a eso es espectacular escucharla en vivo, emocionante.
Luego de ese romántico momento, el grupo sigue con la famosa Hungry like the wolf, después suena Sunrise y Wild boys. Puros hits.
Es interesante darse cuenta, que a pesar de que la mayoría de los temas son de los 80s’ y 90s’ tienen un aire moderno y vigente, que por lo demás gusta mucho y despeja las dudas de una supuesta decadencia de la banda.
¿Una de las más coreadas y bailadas por los asistentes? Notorious, lejos.
Energía es una de las palabras que definiría perfectamente este concierto que personalmente me dejó feliz. Finalizan su show con Rio y John Taylor se despide diciendo “See you next time!” Memorable.